Es bastante habitual retrasar hasta más allá de lo necesario una reforma del suelo en los hogares. La enorme carga de trabajo que conlleva, el precio de la obra, la suciedad, el tiempo que requiere la sustitución del pavimento… produce sudores fríos y mareos con solo pensarlo. Sin embargo, existen estupendas alternativas que solucionan todos estos problemas de un plumazo, garantizando durabilidad, dureza, estética, y siendo, además, muy fácil de limpiar.
Estos son las alternativas posibles para no tener que quitar el suelo de casa.
Los suelos vinílicos
Una de las opciones que más se han popularizado en los últimos años, tanto para las viviendas como para las oficinas o los propios locales comerciales. Se trata de un tipo de pavimento caracterizado por poseer un núcleo de polímero, elaborado de forma habitual a partir del policloruro de vinilo o PVC, denominado suelo de vinilo o LVT. Es posible que se combine con madera, en cuyo caso se tratará de suelos WPC y, si se fabrica a partir de la mezcla del PVC con la piedra (Carbonato cálcico), se denomina SPC.
Su presentación se realiza en formatos como el rollo autoadhesivo, las lamas o baldosas. Su instalación se hace posible sobre casi cualquier superficie, mármol, tarima, cerámica… no es posible en los suelos enmoquetados. Son resistentes, antibacterianos, bastante resistentes a la humedad, antiestáticos, antideslizantes y posee un sinfín de acabados, simulando mármol, madera o suelos hidráulicos.
El linóleo
El linóleo lleva utilizándose más de 150 años, es ecológico, biodegradable y completamente natural. En estos tiempos en los que la defensa del medio ambiente se ha convertido en un activo para cualquier decisión, este material fabricado con una base de linaza, harina de madera, resina de pino, polvo de corcho, yute y pigmentos naturales, se presenta como una fabulosa opción.
Gracias a estos ingredientes estamos ante un suelo que será antialérgico, antibacteriano, antiestático, antideslizante, muy cómodo y reciclable. Se trata, también, de un suelo muy resistente incluso a las quemaduras, solo habrá que tener cuidado en el caso de que sean baldosas de no usar demasiada agua al lavarlo para que no se estanque en su interior. Recomendado para zonas con mucho tránsito.
Los laminados o flotantes
Por su gran similitud con la madera, los laminados o flotantes se han convertido en los más apreciados por las familias y los más instalados en los hogares en los últimos años. Como cabe suponer, es mucho más fácil y económica su instalación que la propia madera. Están compuestos por una capa superior transparente resistente al desgaste, otra de diseño, un panel de núcleo de HDF resistente a la humedad y una capa equilibrante. Todas ellas están fabricadas a partir de un panel de alta densidad encolado y compactado de forma impermeable.
Generalmente, estos tablones se presentan en formatos de entre 7 y 12 mm, aunque hay muchos más, y tienen la facilidad de colocarse sobre cualquier superficie (excepto sobre moquetas). Su instalación es muy sencilla gracias al sistema de machihembrado con el que vienen preparadas, posee una enorme gama de acabados. También es muy resistente al agua, al desgaste, a la erosión y a los golpes en comparación con la madera.
El microcemento
Un sistema cada vez más utilizado, se trata de un revestimiento constituido a base de ecocemento, resinas y elementos reciclados. Se utilizaba en un principio para la creación de suelos continuos por su fácil y rápida instalación para las grandes superficies, naves industriales, hoteles y centros de trabajo. Sin embargo, gracias a su bajo precio y a su escaso mantenimiento, los hogares lo han asumido rápidamente.
Se trata de un material que en su acabado no presenta juntas, que es muy higiénico, fácil de limpiar, de los suelos más resistentes que existen, evitando la proliferación de microorganismos, siendo, además, antialérgico. Otros elementos que lo hacen cada vez más común son su enorme gama de terminaciones y que no solo es válido para suelos, sino para paredes e incluso para mobiliario.
El suelo de resina epoxi
Un material que también produce un suelo continuo es esta resistente resina que también se utiliza para reparar agujeros en superficies, e incluso crear obras de arte. Se trata de un potente adhesivo termoplástico que se produce al mesclar un polímero termoestable y un agente catalizador en idéntica proporción, junto a otros agentes de curado, aditivos y diluyentes. Es más resistente que el hormigón, es impermeable y no presenta fisuras. Muy utilizado en la industria y cada vez más en los hogares.
Su instalación, aun siendo un material autonivelante, necesita que se lleve a cabo por un profesional. Nunca se podrá colocar sobre madera o moqueta. Su aspecto final es liso continuo, muy acorde con el estilo decorativo nórdico.